Ejercen un efecto anesteciante y tranquilizador. Ya
que provoca que a los enamorados se les pierda el apetito y el sueño.
Con
el tiempo el organismo se hace resistente al efecto de estas sustancias y toda
la locura de la pasión se desvanece gradualmente. Comienza una segunda fase del
amor caracterizada por la pertenencia y un amor más sosegado. Esta etapa viene
acompañada de sentimientos de seguridad, comodidad y paz. Las protagonistas de
aquí son las endorfinas (compuestos químicos naturales de estructura similar a
la de la morfina y otros opiáceos). Son ellas las que confieren la sensación
común de seguridad comenzando una nueva etapa, la del apego. Es por ello que se
sufre tanto al perder al ser querido, dejamos de recibir la dosis diaria de
narcóticos. (Si
quieres conocer más sobre el tema consulta: https://psicosaludtenerife.com/2018/02/16/cerebro-enamorado-drogas/)
La
morfina es un narcótico
opiáceo que se utiliza como potente analgésico. De hecho, se usa mucho en medicina para paliar dolores
agudos intensos como los que aparecen después de una operación quirúrgica o un
infarto agudo de miocardio, aunque también se utiliza para aliviar dolores
crónicos tan devastadores como los del cáncer, entre otros. Por eso se dice que
“el amor es la mejor medicina”.
Referencias
bibliográficas:
Ánonimo. (2018). El cerebro enamorado y sus drogas. Recuperado de: https://psicosaludtenerife.com/2018/02/16/cerebro-enamorado-drogas/
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